Gonzalo Guillén empezó su carrera de comunicador social, trabajando en el diario El Tiempo, de Bogotá, después trabajo en la agencia de noticias Colprensa también en Bogotá.
En este texto, Gonzalo relata brevemente como fue que conoció a Pablo Escobar. Cuenta que fue en uno de los primeros Boeing 747 que tuvo Avianca, los dos iban rumbo a Madrid a las elecciones de 1982 en las que ganó el carismático Felipe González. Pablo iba como invitado especial junto con el doctor Alberto Santofimio, y Guillén iba como reportero de El Tiempo a cubrir este hecho.
En este momento pablo escobar no era el malvado narcotraficante ni el señor que ponía bombas en los aviones, ni uno de los hombres más ricos del mundo.
Guillén describe a Pablo como un hombre de mirada ladina, zapatos tenis, jeans y camiseta de seda con estampados molestamente llamativos, esto le pareció extravagante que este individuo viajara de esta forma en una comitiva oficial. Menciona también el hecho de que tenía un reloj de doble tablero lleno de diamantes, pablo le dijo que era para ver la hora de ambos países (Colombia y España)
Después de tres días de haber bajado del avión se volvieron a encontrar en el hotel Palace en Madrid donde el nuevo presidente estaba dando declaraciones y atendiendo a personajes de todo el mundo. Allí, Gonzalo tratando de lograr una entrevista con el nuevo mandatario, caminando entre los cientos de periodistas diviso a su nuevo amigo (Pablo Escobar), quien lo invito a pasar a través de una puerta, cuando entro, Pablo estaba al lado del presidente, se lo presentó y logro la entrevista que tanto estaba buscando. Guillén corrió a mandar la entrevista que había logrado gracias al señor del reloj.
Gonzalo Guillén no volvió a saber nada más de ese señor que se había encontrado en un avión hasta que cubriendo una noticia desde la legión extranjera en Cayena, Guayana Francesa, vio por un pequeño televisor un Mercedez Benz blanco lleno de balazos, este era el carro de Lara Bonilla, producida por Pablo Escobar Gaviria, ya en ese tiempo era el líder del cartel de Medellín.
Me pareció muy interesante este texto ya que el creador Gonzalo Guillén relata su historia de una forma muy natural y muy fácil de leer, acerca de cómo fue conocer a uno de los hombres mas influyentes en nuestra historia, y me parece hasta un poco chistoso ya que si este encuentro hubiera sido con otra persona, no tendría ningún valor y ninguna importancia.
Lo que Guillén quiere al contarnos esto, creo yo, es que una persona común y corriente puede llegar a ser alguien muy importante después de un tiempo, ya sea para el lado bueno o para el lado malo, en esta ocasión le toco encontrarse y hablar con una de las personas mas odiadas y mas queridas del mundo.
En este texto, Gonzalo relata brevemente como fue que conoció a Pablo Escobar. Cuenta que fue en uno de los primeros Boeing 747 que tuvo Avianca, los dos iban rumbo a Madrid a las elecciones de 1982 en las que ganó el carismático Felipe González. Pablo iba como invitado especial junto con el doctor Alberto Santofimio, y Guillén iba como reportero de El Tiempo a cubrir este hecho.
En este momento pablo escobar no era el malvado narcotraficante ni el señor que ponía bombas en los aviones, ni uno de los hombres más ricos del mundo.
Guillén describe a Pablo como un hombre de mirada ladina, zapatos tenis, jeans y camiseta de seda con estampados molestamente llamativos, esto le pareció extravagante que este individuo viajara de esta forma en una comitiva oficial. Menciona también el hecho de que tenía un reloj de doble tablero lleno de diamantes, pablo le dijo que era para ver la hora de ambos países (Colombia y España)
Después de tres días de haber bajado del avión se volvieron a encontrar en el hotel Palace en Madrid donde el nuevo presidente estaba dando declaraciones y atendiendo a personajes de todo el mundo. Allí, Gonzalo tratando de lograr una entrevista con el nuevo mandatario, caminando entre los cientos de periodistas diviso a su nuevo amigo (Pablo Escobar), quien lo invito a pasar a través de una puerta, cuando entro, Pablo estaba al lado del presidente, se lo presentó y logro la entrevista que tanto estaba buscando. Guillén corrió a mandar la entrevista que había logrado gracias al señor del reloj.
Gonzalo Guillén no volvió a saber nada más de ese señor que se había encontrado en un avión hasta que cubriendo una noticia desde la legión extranjera en Cayena, Guayana Francesa, vio por un pequeño televisor un Mercedez Benz blanco lleno de balazos, este era el carro de Lara Bonilla, producida por Pablo Escobar Gaviria, ya en ese tiempo era el líder del cartel de Medellín.
Me pareció muy interesante este texto ya que el creador Gonzalo Guillén relata su historia de una forma muy natural y muy fácil de leer, acerca de cómo fue conocer a uno de los hombres mas influyentes en nuestra historia, y me parece hasta un poco chistoso ya que si este encuentro hubiera sido con otra persona, no tendría ningún valor y ninguna importancia.
Lo que Guillén quiere al contarnos esto, creo yo, es que una persona común y corriente puede llegar a ser alguien muy importante después de un tiempo, ya sea para el lado bueno o para el lado malo, en esta ocasión le toco encontrarse y hablar con una de las personas mas odiadas y mas queridas del mundo.
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