martes, 14 de octubre de 2008

av.8

El 14 de septiembre de 1979 culminó en Washington un extenso período de negociaciones diplomáticas iniciadas en la administración Turbay Ayala, cuando Cyrus Vanee, secretario de Estado de los Estados Unidos, y Virgilio Barco Vargas, embajador de Colombia en ese país, suscribieron dos tratados bilaterales: la extradición de nacionales acusados de narcotráfico y delitos conexos, y para el intercambio judicial de pruebas.

Según diversas versiones muy generalizadas, se ejercieron presiones sobre Julio César Turbay, a cambio de no hacer públicas evidencias que se poseían de actividades relacionadas con contrabandistas de esmeraldas, ni revivir incidentes "bochornosos" como el Memorando Bourne.

En 1977, la embajada estadounidense había entregado al jefe del Estado, Alfonso López Michelsen, el llamado "Memorando Boume".

El documento era una extensa lista de traficantes colombianos y de funcionarios públicos que les prestaban ayuda, la cual había sido elaborada por Peter Boume, asesor de la Casa Blanca para asuntos de narcóticos. En esta lista figuraba Julio César Turbay Ayala, vinculado por culpa de un sobrino suyo que vivía en Nueva York, y que según ese documento, tenía relación con la distribución de cocaína en esa ciudad.

Este memorando se explica porque el Departamento de Estado de los Estados Unidos había renunciado a solicitar --hasta 1981, fecha de vigencia del nuevo tratado--, la extradición de nacionales colombianos. Había un precedente.

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